miércoles, 4 de agosto de 2010

Agua bendita

Chapu sigue intensamente la recuperación del esguince de tobillo izquierdo. La terapia ayuda a desinflamar la zona afectada...

Ya no es un “melón”, como describió Sergio Hernández al tobillo izquierdo. Ya está más desinflamado y sin tanto edema, pese a que conserva aún las huellas del esguince moderado que sufriera el sábado. Eso hace que Chapu haya cambiado el ánimo, pese a que él aclara con una sonrisa que “a la noche, cuando lo veo, se me hace un poco duro”.

A la pileta llega acompañado por Jorge Páez -el kinesiólogo-, se saca el walker de su pierna izquierda y, con apenas un short de baño, deja ver su tatuaje en el pecho que recuerda a sus hijos (Laureano y Benicio) y se mete al agua. Camina despacio para adelante y hacia los laterales, levanta el pie y recostado sobre una esquina hace como que anda en bicicleta. Durante 25 minutos se extienden los ejercicios. La charla y la buena onda gobiernan la sesión que presenció Olé y desde ayer se realizará dos veces por día. Las comenzó el lunes, un día antes de lo previsto. Alentador.

“La pileta nos permite acelerar el proceso porque adentro del agua puede hacer cosas que afuera no. Y la hidrostática del agua, además, ayuda a comprimir y desinflamar”, le explicó Páez a Olé . Chapu también ya hizo pesas (como pudo) y hoy largará con la bici fija. Lo que se mantiene en la rutina son los medicamentos (analgésicos y desinflamatorios), mucho hielo con la pierna en elevación, los masajes de Páez, la magnetoterapia y el trabajo con la máquina especial (Game Ready) que Delfino trajo de Estados Unidos. “Es el paciente ideal porque le mete mucha garra. Trabaja las 24 horas. Y no es mentira. Incluso se duerme con la máquina puesta”, elogió ayer el kinesiólogo.

El tratamiento continuará en Salta y, desde el viernes, en Buenos Aires (no viajará con el equipo a Santa Fe, donde habrá dos amistosos). En los primeros días trabajará en el hotel Panamericano, que tiene pileta y gimnasio. Además se le instalará un “centro de recuperación” en la pieza y contará con la ayuda de algunos de los nueve kinesiólogos de la CABB. Luego, cuando sea “el trabajo más duro”, según explica Páez, se trasladará al centro de Roberto Avanzi para un triple turno diario.

En el cuerpo médico hay optimismo y cautela. “Es imposible hacer futurismo, pero hasta hoy reaccionó de forma óptima. Como no le duele, siempre le exigimos un poco más y responde. A los diez días sabremos dónde estamos parados”, contó Páez, que destaca la capacidad mental del santafesino. “Es lógico el bajón que tuvo de entrada, pero es muy pujante. Tiene el apoyo nuestro y de sus compañeros, pero él es su propio psicólogo”, agregó.

Chapu, igual, sabe que el capítulo más duro está por llegar en horas. Los estudios ya están siendo analizados por los médicos de Philadelphia y se espera el llamado de los 76ers. “Ya me imagino cómo será la mano ...”, admitió Noce, con cara de resignación. Allí, más que en su tobillo, está su enemigo N° 1. Pero el guerrero no para ni pierde la confianza.

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