miércoles, 2 de junio de 2010

"Los jóvenes no saben dónde están parados"

Nico Frutos debió abandonar el fútbol a los 29 años pero ya está de vuelta. ¿Deportivo Armenio? No. Será Coordinador del Fútbol Amateur de su querido Unión y, de paso, scouting del Anderlecht belga, el club donde brilló en Europa. "Ojalá pueda hacer debutar a jugadores con más condiciones que yo, je", bromeó con Olé.

La despedida resultó impensada. Impensada, claro, con lo que alguna vez imaginó ese flacucho y rubio santafesino que tardó casi 20 fechas en convertir su primer gol en su casa, en Unión. Sin embargo, al Anderlecht le dio todo, algo más que goles y más goles. Y no sólo se trata de los seis títulos que les dio a los Violetas. Ya lo dijo El Principito: lo esencial es invisible a los ojos. Y ni que hablar de sus ojos llorosos cuando, naciendo mayo, cuando le dijo adiós a su gente, la misma que le bajó un telón con su rostro y la frase que siempre quedará grabada en su mente. “Gracias goleador…”.

Su DNI hoy asegura que Nicolás Alejandro Frutos tiene escasos 29 años y que, cuando promediaba su vida como romperedes, tuvo que decir el ingrato ‘hasta siempre’. Extraño designio que el calendario le puso en su camino pero, a pesar de las tempestades, su cintura le permitió volver a definir junto a un palo. La historia que ahora vuelve a escribir este gigante delantero es la de un tipo pegó la vuelta aunque tendrá un pie por acá y otro por allá. Trabajará desde su tierra, Santa Fe, como scouting del Anderlecht y, a su vez, como Coordinador del Fútbol Amateur de Unión. Sus dos amores. Bah, sus tres pasiones. Los belgas, el Tate y el fútbol… Anoche, la Comisión Directiva de los Rojiblancos le dio el OK a su proyecto. Y Frutos le cuenta este particular presente a Olé.

--¿Qué onda un adiós tan prematuro, Nico?

--Dejar tan joven no es fácil. Es duro. Son circunstancias que pone la vida. El fútbol me puso esta traba, una lesión crónica que llevo desde hace cuatro años. Y cuando uno pone en riesgo su salud, tenés que empezar a analizar muchas cosas. Entonces, debés tomar la decisión consensuada con el cuerpo médico. Dar un paso al costado y abandonar lo que toda la vida hiciste.

--Exactamente, ¿cuál fue la lesión que te hizo largar todo?

--Es una tendinopatía. Como la ostiocondritis, pero en la rodilla. Está debilitada la zona del tendón de Aquiles, por más que hayamos hecho cirugías reconstructivas. Y provoca el riesgo de una nueva ruptura.

--¿Y qué te decidió pegar la vuelta y no quedarte allá aprovechando tu chapa?

--La vuelta a arraigarse en Santa Fe después de nueve años es que a pesar de tener la chance de seguir trabajando en Bélgica, tanto en el cuerpo técnico como en las Inferiores del Anderlecht, iba a estar muy cerca de mis amigos, tanto en lo personal como en lo futbolístico. Creí que iba a ser muy duro estar trabajando al lado del estadio donde estuve jugando los últimos cinco años y viendo los partidos, sin poder participar, de mi último club. Es duro tener que dejar y vivir una vida tan diferente. Así que pensé que estando cerca de la familia y los amigos de la infancia, todo sería más fácil.

--Se había dicho que Noray Nakis te había invitado a jugar en Primera B para el Deportivo Armenio. ¿En qué quedó esa cuestión?

--Le tengo que estar agradecido. Me llamaron para ponerse a mi disposición, intentar una recuperación, pero también para trabajar en el club. Fue una buena posibilidad pero no más que eso: un deseo, una ilusión. Pero no dejó de ser una charla de café. Una realidad imposible.

--Entonces, ¿qué será de tu vida?

--Voy a intentar seguir ligado al fútbol. Es lo que hice en estos últimos 24 años de mi vida, je. Es lo que me gusta. Estuve buscando alternativas a través de las propuestas que me hizo el Anderlecht. La primera fue que me quedara a trabajar allá. Y como vieron que no tenía intención de seguir en Bélgica, me pidieron que haga un poco el scouting del Anderlecht en la Argentina, para seguir jugadores y, tal vez, después comprarlos. Entonces, a través de ese ofrecimiento, y como la parte de adrenalina a la que uno estaba acostumbrado como jugador no me llenaba por completo, el hecho de tener que ver jugadores simplemente los fines de semana no me satisfacía. Me encontré armando algo en Unión, mi club, tratando de crear un proyecto, para poder manejar el fútbol amateur y el desarrollo de los jugadores. Así, a partir de ese proyecto de Unión, adaptarlo al trabajo de lo que Anderlecht me ofreció para así poder hacer las dos cosas a la vez y sobre todo poder no fallarles. Creo que puedo hacer un buen trabajo preparando jugadores con el nombre y en las instalaciones de Unión, y donde Unión encontraría un rédito económico y una chance de crecimiento e intercambio con un club de Europa.

--¿Cuál será específicamente tu función?

--Voy a hacer la coordinación de todo el fútbol amateur. Será como una colaboración desde el principio porque aún tengo que resolver mi situación contractual con el Anderlecht. Estamos en las pericias médicas. Con el permiso de ellos voy a empezar. Abarca todo, desde la Cuarta, la Primera de la Liga Santafesina, hasta las Infantiles.

-Con tanto técnico joven dando vueltas, ¿no se te dio por picar más alto?

--Fue una pasión que heredé de mi papá: la preparación de juveniles. La desarrollé en los últimos años al notar que el fútbol se me iba a terminar a una corta edad. Con la fuerza y la llegada hacia los chicos, al no tener tanta diferencia de edad, sería muy productivo. Intentar un trato amigable con la gente del Anderlecht y también conseguir paliar la crisis económica que viven los chicos argentinos.

--¿Qué tipo de entrenador serías?

Soy muy observador. Empecé el curso de técnico. La gente intenta encasillarme pero no tengo una línea. Saqué lo mejor y lo peor de todos, tanto de mis experiencias en España, Bélgica y Argentina. La idea es hacer un mix entre la organización, y la precisión del trabajo europeo con calidad, la técnica y la impronta del jugador argentino. No hay que ser un loco o un iluso en pensar que tendrá la infraestructura europea. Hay que saber los recursos con los que se cuenta. Hace años que vengo estudiando Unión. Sabía que mi primera experiencia iba a ser acá. Generarle al jugador, por los problemas sociales, un apoyo psicológico y de motivación. Hoy los jóvenes no saben donde están parados.

--Pase lo que pase, Unión sacará buenos goleadores en un futuro…

Si esto funciona bien, espero que un día Unión encuentre delanteros, que es lo que más se busca en el mercado y lo que más rápido se vende. Yo no fui un jugador que Dios tocó con la varita mágica y lo dotó técnicamente. Fui un sacrificado y a partir de la corrección de errores y la asimilación de defectos, conseguí lo que conseguí. Trataré de volcarlo en las Inferiores de Unión. Y especialmente con los puntas. Ojalá que podamos encontrar delanteros con gol. O que debuten jugadores con un poco más de condiciones que Nicolás Frutos, je.

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